Esta morena traviesa llevaba tiempo deseando quedarse sola en el gimnasio con su entrenador para tener una buena sesión de sexo con él. Ella sabía que él estaba casado, pero no le importaba. Se lo tenía que follar sí o sí y en cuanto vio la oportunidad no se lo pensó dos veces. Aprovechó que se quedó una tarde sola con él y cerró la puerta con llave sin que él supiese qué hacer. Intentó separarla, huir, pero nada servía. Estaba decidida.
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